La primera vez que nuestra madre compró una botella de tetrabrick tendríamos 12 años, fue todo un evento, ¿os lo podéis imaginar?. Hasta ese día todo lo comprabamos a granel utilizando envases de vidrio y metálicos que reciclábamos constantemente.
Primavera era nuestra época del año favorita, había mucha actividad en nuestra casa; teníamos que elaborar todos nuestros productos. Según escribo puedo visualizar a la abuela María, siempre vestida de negro con su solemne moño, y su hija Carmen, nuestra madre, moviendo algo con un palo de madera en una cazuela gigante, parecían dos brujas, nos tenían hipnotizados…estaban haciendo jabón.
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Elige el aceite que más se adapte a tus características personales
La constancia y la disciplina en su uso es lo que nos dará mejores resultados2
Mima e hidrata tu piel
Lo importante es hacerlo a diario y convertirlo en parte de nuestra rutina, así no tardaremos en ver como nuestra piel empieza a mostrar su mejor aspecto3
Protégete del sol
Nunca olvides el protector solar, incluso en días nublados, te asegurará una piel libre de manchas y arrugasEse jabón y su olor nos acompañó toda nuestra infancia. Lo utilizabamos para todo; fregar platos, lavar el pelo, el cuerpo y las manos. Curiosamente nunca desarrollamos ninguna alergia, dermatitis o acné. Siempre que volvemos a ver a nuestra madre acabamos preguntándola: ¡Mamá!, ¿qué te pones en la cara? ¡no tienes arrugas!. Curioso, podría ser por no haber utilizado cosmética que alerase piel ¿no creéis?
Con estos antecedentes ya os podéis imaginar de dónde nos viene la pasión por lo natural, lo hecho con amor y tiempo.